Reunión de la Britain and Ireland School of Feminist Theology
"Estamos llamadas a ofrecer una voz rebelde y liberadora"
Este fin de semana ha tenido lugar en Winchester (Gran Bretaña) la celebración del 20º aniversario de la Escuela de Teología Feminista de Gran Bretaña e Irlanda (BISFT). Veinte años reuniendo a mujeres de diferentes países, varias religiones y diversas iglesias cristianas. Su objetivo: hacer teología juntas, buscar respuestas a la exclusión y al conflicto en los diferentes contextos; e ir destapando, con paciencia y tesón, el manto patriarcal que durante tanto tiempo nos ha cegado y asfixiado. Una ocasión para escucharnos, apoyarnos y compartir camino y comidas.
Reverendas, rabinas y teólogas analizaron diversos aspectos doctrinales, éticos, espirituales o litúrgicos donde la teología feminista, interreligiosa e intercultural, tiene mucho que aportar. En la diversidad, parece haber algunos puntos de encuentro claros: no sólo en el ámbito religioso, también en el espacio público estamos llamadas o ofrecer una voz rebelde y liberadora, una teología responsable que abrace y promueva "nuevos movimientos de resistencia, nuevas visiones de solidaridad y nuevas vías de representación" (Ulrike Auga). Teniendo siempre presente que "la esperanza no es pasiva, que implica lucha" (Janet Wotton).
En el contexto de la ley judía que no reconocía el testimonio de las mujeres, Jesús confío y delegó en ellas: la Samaritana fue la primera en reconocer a Jesús como Mesías y correr a Samaría a dar testimonio; María Magdalena fue la primera discípula en reconocer a Cristo Resucitado y correr a anunciar la buena noticia. Pocos siglos después, muchos varones -el género elegido- las redujeron a su sexualidad y las convirtieron en arquetipos de pecadoras arrepentidas, penitentes infructuosas durante siglos. Otros muchos, en el s. XXI, siguen haciéndolo.
Extracto del artículo publicado por periodistadigital.com
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