Iglesia Española Reformada Episcopal
(Comunión Anglicana)
HOJA DIOCESANA Nº 669
Domingo 26 de agosto 2012
Duodécimo después de Trinidad.
Oficina Diocesana
C/ Beneficencia 18
28004 Madrid
Tel.: 91 445 25 60
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Email: eclesiae@arrakis.es
Lecturas
Bíblicas Dominicales
Profecía: Eclesiastés, 12, 8 – 14.
Epístola: 2dra, Corintios 3, 4– 9.
Evangelio: Marcos, 7, 31 – 37.
Profecía: Eclesiastés, 12, 8 – 14.
Vanidad
de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad. Y cuanto más sabio fue
el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo
escudriñar, y compuso muchos proverbios. Procuró el Predicador hallar
palabras agradables, y escribir rectamente palabras de verdad. Las
palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de
los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor. Ahora, hijo mío,
a más de esto, sé amonestado. No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho
estudio es fatiga de la carne. El fin de todo el discurso oído es este:
Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del
hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa
encubierta, sea buena o sea mala.
Epístola:
2ª de Corintio 3, 4 - 9
Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con
Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como
de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual
asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino
del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica. Y si el
ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que
los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa
de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, ¿cómo no será más
bien con gloria el ministerio del espíritu? Porque si el ministerio de
condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de
justificación.
Evangelio San Marcos, 7, 31 – 37.
Volviendo a salir de la región de Tiro, vino por Sidón al
mar de Galilea, pasando por la región de Decápolis. Y le trajeron un sordo
y tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima. Y tomándole aparte de
la gente, metió los dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su
lengua;
y levantando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: Efata, es decir: Sé abierto. Al momento fueron abiertos sus oídos, y se desató la ligadura de su lengua, y hablaba bien. Y les mandó que no lo dijesen a nadie; pero cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban. Y en gran manera se maravillaban, diciendo: bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, y a los mudos hablar.
y levantando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: Efata, es decir: Sé abierto. Al momento fueron abiertos sus oídos, y se desató la ligadura de su lengua, y hablaba bien. Y les mandó que no lo dijesen a nadie; pero cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban. Y en gran manera se maravillaban, diciendo: bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, y a los mudos hablar.
Reflexión del Evangelio
En particular, la curación del sordomudo narrada por el Evangelio de hoy ha
sido tomada desde los primeros siglos de la Iglesia como símbolo del bautismo,
en cuyo rito se repite el gesto de Jesús –el tocar los oídos y la boca-,
mientras ora el celebrante: “El Señor Jesús, que hizo oír a los sordos y hablar
a los mudos, te conceda, a su tiempo, escuchar su Palabra y proclamar la fe”.
Es importante
destacar que Jesús realiza la curación valiéndose de las prácticas terapéuticas
corrientes en su tiempo. En primer lugar, retira al enfermo de la gente y le
cura a solas. Los taumaturgos contemporáneos de Cristo procedían así para que
no se descubrieran sus métodos curativos. En el caso de Jesús, probablemente
hay que relacionar este "secreto" con el mandato insistente que
dirige a los curados de que a nadie cuenten lo que ha hecho con ellos (ib 36).
Por otra parte, Jesús toca al enfermo, primero con sus dedos y luego con su saliva. Los dedos con los que Jesús actúa la sanación-salvación pueden ser una alusión al dedo de Dios, es decir, al Espíritu del que habla Lucas 11,20: “Si expulso a los demonios por el dedo de Dios, sin duda que el reino de Dios ha llegado a vosotros”. En cuanto a la saliva, en la antigüedad se le atribuían propiedades curativas. Por esta razón el tacto con saliva se incluyó en el rito bautismal de la Iglesia naciente o Iglesia Primitiva.
Por otra parte, Jesús toca al enfermo, primero con sus dedos y luego con su saliva. Los dedos con los que Jesús actúa la sanación-salvación pueden ser una alusión al dedo de Dios, es decir, al Espíritu del que habla Lucas 11,20: “Si expulso a los demonios por el dedo de Dios, sin duda que el reino de Dios ha llegado a vosotros”. En cuanto a la saliva, en la antigüedad se le atribuían propiedades curativas. Por esta razón el tacto con saliva se incluyó en el rito bautismal de la Iglesia naciente o Iglesia Primitiva.
La elevación de
la mirada al cielo (ib 34) es un gesto de oración. Aquí es un gesto
característico del estilo del relato de milagro y expresa el hecho de que el
taumaturgo ha de valerse de una fuerza superior a la humana para realizar su
obra. El mismo significado tiene el suspiro del taumaturgo, que es un acto de
preparación para su actuación milagrosa.
El término de origen arameo "Effatá" ("¡Ábrete!") muestra el poder de Jesús que, con su palabra, hace nuevas todas las cosas. "Ábrete" es un imperativo singular que no se refiere a los oídos o a la boca simplemente, sino a todo el hombre enfermo, cerrado a la posibilidad de una vida plena.
El término de origen arameo "Effatá" ("¡Ábrete!") muestra el poder de Jesús que, con su palabra, hace nuevas todas las cosas. "Ábrete" es un imperativo singular que no se refiere a los oídos o a la boca simplemente, sino a todo el hombre enfermo, cerrado a la posibilidad de una vida plena.
Con estas
imágenes san Marcos nos está diciendo que Jesús es el Mesías anunciado y
prometido por los profetas, y esperado por todo el pueblo; el autor de
re-creación, de una nueva creación. Por otra parte, la curación del sordomudo
se convierte en símbolo del milagro de la fe. Así pues, Jesús, en la persona
del sordomudo, abre los oídos de sus discípulos y de todos nosotros para que
escuchemos y entendamos, y desata nuestra lengua para que le alabemos y
anunciemos lo que hemos visto y oído.
Lecturas
Bíblicas para la semana
Lunes: Jn 5.1-18 / 1 Cr 18-19 / Zac 7
Martes: Jn 5.19-47 / 1 Cr
20-22.1 / Zac 8
Miércoles: Jn 6.1-24 / 1 Cr
22.2-23.21 / Zac 9
Jueves: Jn 6.25-59 / 1 Cr 24 / Zac 10
Viernes: Jn 6.60-71 / 1 Cr 25-26
/ Zac 11
Sabado: Jn 7.1-24 / 1 Cr 27-28 / Zac 12
Domingo Jn 7.25-52 / 1 Cr 29 /
Zac 13.
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