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martes, 4 de septiembre de 2012

Hoja Diocesana nº 670


IGLESIA ESPAÑOLA REFORMADA EPISCOPAL
(Comunión Anglicana)
Hoja Diocesana 670
Domingo 2 de septiembre 2012
Décimo tercero despues de Trinidad.

Oficina Diocesana:
C/ Beneficencia 18
28004 Madrid.
Tel.: 91 445 25 60    

Para contactar con nosotros:

Lecturas Bíblicas Dominicales
Profecía: Isaías 40, 26 – 31.
Epístola: Gálatas 3, 16 – 2.
Evangelio: Lucas 10, 23 – 37.
Profecía: Isaías 40, 26 – 31
 Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio.  ¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido del Señor y de mi Dios pasó mi juicio?  ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es el Señor, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.  El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;  pero los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

Epístola: Gálatas 3, 16 – 2.
Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.  Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa. Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa. Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.  Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno.  ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley.  Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes. 
Evangelio  San Lucas 10, 23 – 37.
 Y volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis;  porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron. Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?  El le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?  Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás. Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?  Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.  Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo.  Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia;  y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él.  Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.  ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?  El dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.
Reflexión del Evangelio
La Parábola del Buen Samaritano es una de las más conocidas parábolas de Jesús, relatada en el Evangelio de Lucas, capítulo 10, versículos del 25 al 37. La parábola es narrada por Jesús a fin de ilustrar que la caridad y la misericordia son las virtudes que guiarán a los hombres a la piedad y la santidad. Enseña también que cumplir el espíritu de la ley, el amor, es mucho más importante que cumplir la letra de la ley. En esta parábola, Jesús amplía la definición de prójimo. La elección de la figura de un samaritano, considerado un herético para los sectores más ortodoxos de la religión hebrea, sirve para redefinir el concepto de prójimo que se manejaba entonces. Jesús, mediante esta parábola muestra que la fe debe manifestarse a través de las obras, revolucionando el concepto de fe en la vida religiosa judía, entre los cuales resaltaban grupos como el de los fariseos a quienes Jesús en numerosas ocasiones llama hipócritas por su excesivo apego a la letra de la ley y su olvido por cumplir el espíritu de la ley. El contraste establecido entre los prominentes líderes religiosos inmisericordes y el samaritano misericordioso, es un recordatorio a los maestros de la ley (como es el caso del interlocutor de Jesús) de que estaban olvidando el principio de la verdadera religión y Jesús emplea un personaje despreciado por ellos para mostrarles su error.
Lecturas Bíblicas para la semana
Lunes: Jn 9.1-23 / 2 Cr 6 / Mal 2.17-3.18 Martes: Jn 9.1-23 / 2 Cr 6 / Mal 2.17-3.18 Miércoles: Jn 9.24-41 / 2 Cr 7 / Mal 4 Jueves: Jn 10.1-21 / 2 Cr 8 / Sal 73 Viernes: Jn 10.22-42 / 2 Cr 9 / Sal 74 Sabado: Jn 11.1-27 / 2 Cr 10-11 / Sal 75       Domingo Jn 11.28-57 / 2 Cr 12-13 / Sal 76



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