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lunes, 9 de julio de 2012

¿Qué es la Iglesia Anglicana?

¿Qué es la Iglesia Anglicana? 
¿Cómo comenzó la Iglesia Anglicana?


 


Cuando se habla de la “Iglesia Anglicana” todo el mundo piensa en cierto rey inglés, el famoso Enrique VIII -el gordo con seis mujeres- “El la fundó, ¿no es cierto? Quiso divorciarse de su primera esposa para casarse con otra; la Iglesia Romana no le dio permiso, y por eso Enrique empezó una nueva Iglesia”. 


A los Anglicanos nos da mucha pena leer cosas por el estilo en los textos escolares de historia. Sabemos que nuestra herencia espiritual no fue ganada por la concupiscencia de un rey disoluto sino por la sangre de hombres santos. Enrique no “fundó una nueva Iglesia” sino que declaró la independencia de una antigua Iglesia que estaba en proceso de renovarse.
La Iglesia ha existido en Gran Bretaña desde los primeros siglos de la época cristiana.

File:Canterbury Cathedral - Portal Nave Cross-spire.jpeg


Ya en el Concilio de Arlés, convocado por el Emperador Constantino en el año 313, participaron tres obispos británicos. Al llegar los invasores anglosajones en el siglo V la Iglesia fue confinada a las sierras de Gales y Escocia. Un siglo más tarde, los anglosajones fueron evangelizados por monjes célticos de Irlanda y Escocia, y por monjes italianos de Roma. El líder de los monjes romanos, Agustín estableció la sede de Canterbury en el siglo VI. En e1 año 644 la rama céltica aceptó la primacía de Canterbury y todos quedaron bajo la creciente autoridad del obispo de Roma.




Al llegar el siglo XVI, las Iglesias que estaban en comunión con Roma se habían alejado mucho de la sencillez y espiritualidad de la Iglesia Apostólica. La tremenda inquietud entre hombres sinceros con relación a este estado de cosas se cristalizó cuando el monje alemán Martín Lutero, lanzó su desafío contra las corrupciones de la Iglesia Católica Romana en 1517. Lutero había descubierto en la Biblia una verdad básica que la Iglesia había sepultado bajo un montón de tradiciones humanas. Era la doctrina de la justificación por la fe, según la cual el hombre no puede ganar el perdón de sus pecados por sus propios esfuerzos. el aparato de la Iglesia Medieval -penitencias, peregrinaciones, austeridades, absoluciones, misas, indulgencias- no valían nada como un medio para reconciliar al pecador con Dios. La reconciliación ya la había efectuado Dios mismo actuando en Cristo. Dios acepta (justifica) al pecador que está en Cristo.






Queda entonces para el pecador aceptar al Salvador por fe, arrepintiéndose y sirviendo a su Señor en el poder del Espíritu Santo, como expresión de su confianza y gratitud. Este redescubrimiento creó nueva vida en la Iglesia. Brotó una gozosa libertad espiritual que no pudo ser contenida bajo las formas medievales. Trágicamente el Papa y los cardenales resistieron los cambios propuestos. Las iglesias de Europa tuvieron que decidir entre la autoridad de Roma y la autoridad de la Biblia.


Fuente de este texto: Iglesia Anglicana A Coruña





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