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sábado, 21 de julio de 2012

HOJA DIOCESANA Nº 664



Iglesia Española Reformada Episcopal
(Comunión Anglicana)
Hoja Diocesana

Oficina Diocesana Beneficencia, 18     (28004 Madrid)    Hoja Diocesana n º. 664

Tel.:  91 445 25 60 

Email: eclesiae@arrakis.es         

www.anglicanos.org


Domingo 21  Julio de 2012,                              
Séptimo después de Trinidad
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Lecturas Bíblicas Dominicales
Profecía:                  Proverbios 2, 1 - 9
Epístola:                  Romanos 6, 19 - 23
Evangelio:               Marcos 8, 1 - 9
Profecía: Proverbios 2, 1 - 9

Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, 

 Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia, 
Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz;  Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros,  Entonces entenderás el temor del Señor, Y hallarás el conocimiento de Dios.

 Porque del Señor da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. El provee de sana sabiduría a los rectos; Es escudo a los que caminan rectamente. Es el que guarda las veredas del juicio, Y preserva el camino de sus santos. Entonces entenderás justicia, juicio Y equidad, y todo buen camino. 
Epístola: Romanos 6, 19 - 23
Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.  Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia.  ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.  Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Evangelio  S. Marcos 8, 1 - 9
 En aquellos días, como había una gran multitud, y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos, y les dijo:  Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer;
y si los enviare en ayunas a sus casas, se desmayarán en el camino, pues algunos de ellos han venido de lejos. Sus discípulos le respondieron: ¿De dónde podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto? El les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Ellos dijeron: Siete.  Entonces mandó a la multitud que se recostase en tierra; y tomando los siete panes, habiendo dado gracias, los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y los pusieron delante de la multitud.  Tenían también unos pocos pececillos; y los bendijo, y mandó que también los pusiesen delante. Y comieron, y se saciaron; y recogieron de los pedazos que habían sobrado, siete canastas. Eran los que comieron, como cuatro mil; y los despidió. 



Reflexión Bíblica

La Multiplicación de los panes y los peces, es uno de los milagros de Jesús quien, con una pequeñísima cantidad de alimento, fue capaz de dar de comer a toda una multitud.
El suceso está contado seis veces en los Evangelios: los cuatro Evangelistas describen la primera, en que cinco mil hombres son saciados con cinco panes y dos peces; Mateo el Apóstol y Marcos, además relatan la segunda en que cuatro mil hombres se alimentan de siete panes y "unos pocos pescados". Este milagro tiene fuertes signos mesiánicos, proféticos y litúrgicos; al igual que el episodio del camino hacia Emaús.
En el presente artículo se intenta exponer el signo de la multiplicación con su contexto bíblico.
La Primera Multiplicación de los Panes puede apreciarse en cuatro textos "paralelos", escrito por cada uno de los cuatro Evangelistas. En el Evangelio de Mateo está en el capítulo 14, versículos 13 a 21. En Marcos: capítulo 6.30-44. En Lucas: capítulo 9, vers. 10-17. En Juan: 6.1-15.
La primera Multiplicación de los panes abre el capítulo 6 del evangelio de Juan. Más adelante Jesús se encuentra con las mismas personas en la ciudad de Cafarnaún, que habían ido a buscarlo.[] Jesús les dijo que no fueron a buscarlo por haber visto signos [milagros], sino porque habían comido hasta saciarse, y que tiene que trabajar por el alimento imperecedero "que permanece hasta la Vida eterna"[] (ver Profecía de Amós 8.11). Ellos contestaron que sus antepasados habían comido del pan de Dios, el maná del desierto, pero el Nazareno les contestó que ese pan no era de Moisés -como ellos creían- sino que el verdadero Pan descendía del Cielo y venía de Dios. Entonces dijo:
"Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre. El que cree en mí jamás tendrá sed." (Jn 6.35)
"Sus padres, en el desierto, comieron maná y murieron. Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera. Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo." (Jn 6.51)
Las Iglesias de tradición apostólica -Católica, Ortodoxa, Copta, Anglicana- asocian a este texto con la Eucaristía:
"El sacramento de esta realidad, es decir, de la unidad del cuerpo y sangre de Cristo, se prepara en el altar del Señor; en algunos lugares, todos los días y en otros, a intervalos... Con la comida y bebida, los hombres buscan apagar su hambre y su sed; pero eso no lo logran en verdad sino con este alimento y bebida, que hace inmortales e incorruptibles a los que lo toman, haciendo de ellos la sociedad misma de los santos, donde existe la paz y unidad plena y perfectas. Por esto -y ya lo han visto antes algunos hombres de Dios- nuestro Señor Jesucristo nos dejó su cuerpo y sangre bajo realidades que se hacen unidad a partir de muchos elementos. En efecto, una de ellas se elabora a partir de muchos granos de trigo y la otra de muchos granos de uva.
Finalmente, explica ya cómo se efectúa ese su comer su cuerpo y beber su sangre. Quien come mi carne y bebe mi sangre, está en mí y yo en él (Jn 6;57). Comer ese manjar y beber esa bebida es lo mismo que permanecer en Cristo y tener a Jesucristo que permanece en sí mismo. Por eso, quien no permanece en Cristo y aquel en quien no permanece Cristo, sin duda alguna no come ni bebe espiritualmente su cuerpo y sangre, aunque material y visiblemente toque con sus dientes el sacramento del cuerpo y la sangre de Cristo. Por el contrario, come y bebe para su perdición el sacramento de realidad tan augusta, ya que, impuro como es, osa acercarse a los sacramentos de Cristo, que sólo los limpios pueden recibir dignamente. De ellos se dice: Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios (Mt 5,8)." (San Agustín de Hipona, Comentarios de San Juan 26.15-18 

Lecturas Bíblicas para la semana
Lunes: 1 Co 7.1-17 / 1 R 5.32-13.34 / Jl 1
Martes: 1 Co 8.18-31 / 1 R 14 / Jl 2.1-11
Miércoles: 1 Co 9 / 1 R 6.1-32 / Jl 2.12-32
Jueves: 1 Co 10 / 1 R 7.33-16.34 / Jl 13
Viernes: 1 Co 11 / 1 R 8 / Am 1
Sábado: 1 Co 12 / 1 R 9 / Am 2.1-3.2
Domingo 1 Co 13 / 1 R 10/ Am 3.3-4.3



Noticias Diocesanas:

Visita episcopal a Pamplona


Oficio Sta Comunión en Pamplona










En respuesta al interés de varias familias de Navarra, se ha iniciado el proceso para la formación de una congregación en la ciudad de Pamplona. El pasado domingo 15 de julio con motivo de una visita de nuestro Obispo se celebró un oficio especial en una capilla cedida para este propósito. La coordinación de la nueva comunidad estará a cargo de los Rvdos. G. Iparraguirre y Ballaz.
El Reino de Navarra no es ajeno a la Reforma del  siglo XVI.  La reina Juana de Albert, aceptó la Reforma y financió la traducción del Nuevo Testamento (Itum Berria) y la Liturgia de Ginebra a la lengua vasca. Entre los capellanes reformados de la Reina Juana, estuvo Juan de Lizárraga y Antonio del Corro. Este último, después de abandonar la corte de Navarra, llegaría a  ser el más prominente anglicano español del siglo XVI, autor de varios libros, Canónigo Beneficiario de la Catedral de San Pablo en Londres, Vicario de la parroquia de San Andrés de la colina, también en Londres, donde está enterrado, financió una parte muy importante de la Biblia de Reina en su edición de 1569. Ha  sido un hito histórico volver a celebrar el culto público reformado en Pamplona.

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