IGLESIA ESPAÑOLA REFORMADA EPISCOPAL
(Comunión Anglicana)
HOJA DIOCESANA Nº 680
Domingo 11 de noviembre 2012
Vigésimo después de Trinidad.
"¿De quién es esta imagen, y la inscripción? Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues,
a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios." (Mateo 22, 15 - 22)
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Lecturas Bíblicas
Dominicales
Profecía:
Malaquías, 3, 1 - 3
Epístola Alternativa: 1 de
Timoteo 6, 5 - 19
Evangelio: Mateo 22, 15 - 22
Profecía: Malaquías, 3, 1 - 3
Epístola Alternativa: 1 de Timoteo 6, 5 -
19
Disputas
necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman
la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales. Pero gran
ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos
traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo
sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren
enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas,
que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos
los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de
la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. Mas tú, oh hombre de Dios, huye
de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia,
la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida
eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante
de muchos testigos. Te mando delante de Dios, que da vida a todas las
cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio
Pilato, que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición
de nuestro Señor Jesucristo, la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado
y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, el único que tiene
inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha
visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. A
los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en
las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas
las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que
sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen
fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.
Evangelio: Mateo 22, 15 - 22
Entonces se
fueron los fariseos y consultaron cómo sorprenderle en alguna palabra. Y le
enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo:
Maestro, sabemos
que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que
no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.
Dinos,
pues, qué te parece:
¿Es lícito dar tributo a César, o no?
Pero Jesús,
conociendo la malicia de ellos, les dijo:
¿Por qué me tentáis, hipócritas?
Mostradme la moneda del tributo.
Y ellos le presentaron un denario.
Entonces
les dijo:
¿De quién es esta imagen, y la inscripción?
Le dijeron: De César.
Y
les dijo:
Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.
Oyendo esto, se maravillaron, y dejándole, se fueron.
Reflexión del Evangelio
¿DE QUIEN ES ESTA IMAGEN?
El versículo 18 es
interesante. “Mas Jesús, entendida la malicia de ellos, les dice: ¿Por qué me
tentáis, hipócritas?’” La palabra traducida como malicia (griego = ponerian),
también puede traducirse maldad
(ver 6:13). La palabra traducida como tentáis
(griego = ponerian) también
puede comprobarse viendo 4:1. Jesús re-encuadra el diálogo, que en la
superficie parecer ser el común de dar-y-tomar del discurso rabínico. Lo cierto
es que esto no se parece en nada a eso, sino que es otra situación de
tentar/probar de los agentes de Satanás (ver 4:1-11). Su propósito no es
descubrir la verdad sino destruir a Jesús.
“Mostradme la moneda del
tributo.” La Torá prohíbe las imágenes. Los fariseos y herodianos están
cuestionando a Jesús dentro del recinto del templo – suelo sagrado – y aún así
sacan la ofensiva moneda, probablemente de sus propios bolsillos. Ese hecho los
expone “a ellos, no a Jesús, como un grupo de engañosos e hipócritas
oportunistas. Ellos son los que andan cargando por todos lados el dinero del
César, no Jesús; ellos son los que llevan la imagen del emperador en sus
bolsas; ellos son los que se han entregado al sistema pagano”.
Jesús pregunta, “¿De
quién es esta imagen (griego = eikon, icono,
imagen) y lo que está encima escrito?” La moneda, por supuesto, lleva la eikon del César y pertenece al César.
Los discípulos de los fariseos contestan “De César”, “el genitivo de posesión,…
indicando que el dueño es
César, algo que Jesús enfatizará. Su respuesta contesta su pregunta a medias:
ellos poseen en esa moneda la posesión de otro. ¿Es malo regresar una propiedad
a su dueño?” La moneda es un instrumento
del gobierno del César – bajo el control del César – su valor ha sido
establecido por el César. Está disponible para su uso solamente porque el César
ha ordenado su acuñación y su distribución. Es una parte integral del reino del
César.
Jesús no divide el
mundo en dos reinos iguales, claramente definiendo nuestras obligaciones para
el César y nuestras obligaciones para Dios. Más bien su respuesta reconoce
nuestra obligación como ciudadanos del estado, pero afirma que nuestra
obligación mayor como seres humanos es para con Dios. Las monedas con la imagen
del César pueden pertenecer al César, pero todas las cosas (monedas, César,
Roma, el planeta tierra, el universo) provienen de la mente de Dios y están
bajo el dominio de Dios. El reino del César no es sino una partícula dentro del
reino de Dios. Los días del reino del César están contados, pero el reino de
Dios es eterno.
La
respuesta de Jesús maravilla a sus interrogadores. Recordaron cuánta energía y
tiempo habían dedicado a tender una trampa de la cual Jesús – según ellos – no
podría escapar. Recordaron qué tan cuidadosamente construyeron la pregunta.
Recordaron que incluso practicaron sobre la manera en que podían llevar a Jesús
cada vez más y más a un terreno peligroso. Su pregunta representaba el mejor
esfuerzo de las mejores de sus mentes. Estaba bastante bien diseñada y sin
fallas. Ahora ven que Jesús, sin tiempo para prepararse previamente, se escapa
sin mucho esfuerzo de la trampa. No es una sorpresa que se maravillaran. Así
que se fueron, porque ya no tenían nada que hacer, excepto lamer sus heridas y
prepararse para el próximo encuentro.
Lecturas
Bíblicas para la semana
Lunes 16: Stg 4 / Jer 27-28 / Sal 132.
Martes 17:Stg 5 / Jer 29-30 / Sal 133
Miercoles 18:1 P 1 / Jer 31-32 / Sal 134
Jueves
19:1 P 2 / Jer 33-34 / Sal 135
Viernes 20:1 P 3 / Jer 35-36 / Sal 136
Sábado 21:1 P 4 / Jer 37-38 / Sal 137
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