Cuatro de cada diez abuelos asumen hoy alguna responsabilidad económica en su entorno más cercano, lo que en muchos casos genera una alta dosis de estrés.
04 DE JUNIO DE 2012, MADRID
A nadie sorprende ver abuelos cuidando a sus nietos en la plaza, buscándolos del cole o la guardería. Pero a esta escena cotidiana en una sociedad donde ambos padres trabajan, se suma ahora un nuevo factor: el apoyo económico que muchos jubilados dan a sus hijos que están en paro o no ganan lo suficiente.
Según revela un informe publicado por la Unión de Pensionistas y Jubilados de España, con 3.000 asociados en la comunidad de Madrid, muchos jubilados han visto truncadas sus expectativas de un retiro dorado y se han convertido en el sustento económico imprescindible de sus hogares y del de sus familiares más cercanos . Ayudan a sus hijos con la hipoteca, el pago del coche o incluso hacen frente a los gastos de comida.
Los ancianos de la región han dejado además de ser destinatarios de la ayuda para convertirse en emisores de la misma. Si en 2010 era el 12,5% de los mayores de 65 años de la región los que reconocían que sus hijos los ayudaban económicamente comprándoles comida o pagándoles algún recibo de luz o agua, en 2012 solo el 7,5% de ellos afirma seguir recibiendo este tipo de ayudas.
PORCENTAJE EN AUMENTO
De los 974.202 mayores de 65 años, que según el INE hay en la región de Madrid, el 43,8% reconoce que ayuda económicamente a algún familiar o lo ha hecho en los últimos dos años. Lo llamativo es que hace dos años, en 2010, el porcentaje de jubilados que reconocían estar ayudando económicamente a algún pariente –sobre todo a hijos– era mucho menor: el 9,1%.
Es decir, cuatro de cada diez abuelos asumen hoy alguna responsabilidad económica en su entorno más cercano frente al uno de cada diez que lo hacía en 2010. "Ayudan a sus hijos con la hipoteca, el pago del coche o incluso hacen frente a los gastos de comida cuando se quedan sin empleo o sin la prestación, pero les avergüenza reconocerlo públicamente. No tanto por ellos, sino por sus hijos y nietos", explican desde la Confederación Española de Organizaciones de Mayores.
RESPONSABILIDAD QUE ESTRESA
El pudor a reconocer la situación no es la parte más grave de la responsabilidad contraída por los ancianos. "El tener que reconducir sus gastos para disponer de una cantidad que aportar a sus hijos les genera una inquietud que suele propiciar cuadros de ansiedad, problemas de sueño, nerviosismo o molestias diversas", explica la psicóloga clínica Carmen Bermejo Romero.
Lo cierto –añade– es que muchos "han pasado de sentirse más bien como un estorbo, a ser los protagonistas de la aventura de seguir sobreviviendo. Esto, que tiene un matiz positivo al percibir que siguen siendo necesarios, conlleva una responsabilidad que en muchos casos degenera en estrés", dice.
Además, la figura del abuelo solidario se da por igual en todos los niveles sociales y, aunque es ligeramente mayor entre quienes tienen estudios superiores, cada estamento aporta en la medida de sus posibilidades, según coinciden en señalar los sociólogos consultados. "Ayudan los que pueden, pero está claro que la situación del pensionista se está tensionando al convertirse en un elemento fundamental para la supervivencia de la unidad familiar", aclaran.
Según revela un informe publicado por la Unión de Pensionistas y Jubilados de España, con 3.000 asociados en la comunidad de Madrid, muchos jubilados han visto truncadas sus expectativas de un retiro dorado y se han convertido en el sustento económico imprescindible de sus hogares y del de sus familiares más cercanos . Ayudan a sus hijos con la hipoteca, el pago del coche o incluso hacen frente a los gastos de comida.
Los ancianos de la región han dejado además de ser destinatarios de la ayuda para convertirse en emisores de la misma. Si en 2010 era el 12,5% de los mayores de 65 años de la región los que reconocían que sus hijos los ayudaban económicamente comprándoles comida o pagándoles algún recibo de luz o agua, en 2012 solo el 7,5% de ellos afirma seguir recibiendo este tipo de ayudas.
PORCENTAJE EN AUMENTO
De los 974.202 mayores de 65 años, que según el INE hay en la región de Madrid, el 43,8% reconoce que ayuda económicamente a algún familiar o lo ha hecho en los últimos dos años. Lo llamativo es que hace dos años, en 2010, el porcentaje de jubilados que reconocían estar ayudando económicamente a algún pariente –sobre todo a hijos– era mucho menor: el 9,1%.
Es decir, cuatro de cada diez abuelos asumen hoy alguna responsabilidad económica en su entorno más cercano frente al uno de cada diez que lo hacía en 2010. "Ayudan a sus hijos con la hipoteca, el pago del coche o incluso hacen frente a los gastos de comida cuando se quedan sin empleo o sin la prestación, pero les avergüenza reconocerlo públicamente. No tanto por ellos, sino por sus hijos y nietos", explican desde la Confederación Española de Organizaciones de Mayores.
RESPONSABILIDAD QUE ESTRESA
El pudor a reconocer la situación no es la parte más grave de la responsabilidad contraída por los ancianos. "El tener que reconducir sus gastos para disponer de una cantidad que aportar a sus hijos les genera una inquietud que suele propiciar cuadros de ansiedad, problemas de sueño, nerviosismo o molestias diversas", explica la psicóloga clínica Carmen Bermejo Romero.
Lo cierto –añade– es que muchos "han pasado de sentirse más bien como un estorbo, a ser los protagonistas de la aventura de seguir sobreviviendo. Esto, que tiene un matiz positivo al percibir que siguen siendo necesarios, conlleva una responsabilidad que en muchos casos degenera en estrés", dice.
Además, la figura del abuelo solidario se da por igual en todos los niveles sociales y, aunque es ligeramente mayor entre quienes tienen estudios superiores, cada estamento aporta en la medida de sus posibilidades, según coinciden en señalar los sociólogos consultados. "Ayudan los que pueden, pero está claro que la situación del pensionista se está tensionando al convertirse en un elemento fundamental para la supervivencia de la unidad familiar", aclaran.
Fuente; © Protestante Digital 2012
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