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domingo, 20 de enero de 2013

HOJA DIOCESANA 690



IGLESIA ESPAÑOLA REFORMADA EPISCOPAL
(Comunión Anglicana)
HOJA DIOCESANA Nº 690
Domingo 20 de Enero 2013
Segundo domingo después de Epifanía

 

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28004 MADRID
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Lecturas Bíblicas Dominicales
Profecía:                     Isaías 5, 8 – 16
Salmo:                        Salmo 9, 2 – 3
Epístola:                     Romanos 6, 12 - 18
Evangelio:                  Mateo 4, 18 - 23.
Lecturas Bíblicas para la semana
 Lunes: Ro 16 / 2 S 1 / Sal 72
Martes: Mr 1.1-20 / 2 S 2.1-3.1 / Dan 1
Miercoles: Mr 1.21-45 / 2 S 3.2-39 / Dan 2.1-23
Jueves: Mr 2 / 2 S 4-5 / Dan 2.24-49
Viernes: Mr 3.1-19 / 2 S 6 / Dan 3
Sabados: Mr 3.20-35 / 2 S 7-8 / Dan 4
Domingo: Mr 4 1-20 / 2 S 9-10 / Dan 5
Profecía: Isaías 5, 8 - 16
¡Ay de los que juntan casa a casa, y añaden heredad a heredad hasta ocuparlo todo! ¿Habitaréis vosotros solos en medio de la tierra? Ha llegado a mis oídos de parte del Señor  de los ejércitos, que las muchas casas han de quedar asoladas, sin morador las grandes y hermosas. Y diez yugadas de viña producirán un bato, y un homer de semilla producirá un efa.  ¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende!  Y en sus banquetes hay arpas, vihuelas, tamboriles, flautas y vino, y no miran la obra del Señor, ni consideran la obra de sus manos.  Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed.  Por eso ensanchó su interior el Seol, y sin medida extendió su boca; y allá descenderá la gloria de ellos, y su multitud, y su fausto, y el que en él se regocijaba. Y el hombre será humillado, y el varón será abatido, y serán bajados los ojos de los altivos.  Pero el Señor de los ejércitos será exaltado en juicio, y el Dios Santo será santificado con justicia.
Salmo: 9, 2 - 3
(Se puede reemplazar  por un canto)
Epístola: Romanos 6, 12 - 18
No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;
ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.  Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?  Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados;  y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. 
Evangelio: Mateo 4, 18 - 23
 Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 
Y les dijo: 
Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.
Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. 
Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó.Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron. 
Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
 Reflexión del Evangelio

En el Sermón en el Monte, Jesús enseña con autoridad (7:29).  Demuestra esta autoridad aquí al llamar discípulos que inmediatamente le obedecen – y al ejercer su poder de curar males y enfermedades.  
“Vio á dos hermanos” (v. 18).  La lección del Evangelio de Juan  nos cuenta el relato de la llamada de Pedro y Andrés (Juan 1:35-42).  Andrés, que se menciona primero, va a buscar a su hermano, Simón.  El relato de Mateo sitúa a los hermanos juntos en el momento de ser llamados, y menciona el nombre de Pedro primero.  Ésta es una pista temprana en este Evangelio de la importancia que Pedro asumirá.
 El relato de Mateo sobre esta llamada es muy breve.  Jesús llama a dos pares de hermanos, a los cuales, aparentemente, nunca ha visto, y les invita a ser sus discípulos.  Los hombres responden inmediatamente, dejando sus redes, sus botes, y su padre para seguir a Jesús.  “Aquí se nos presenta el primer milagro de Jesús, el milagro de la poderosa palabra que crea seguidores, que hace discípulos... Por medio de las palabras de sacerdotes, misioneros, familia, amigos, y un sinnúmero de otros dedicados al servicio cristiano, la voz del Hijo del Hombre continúa hablando y generando fe” . “Venid en pos de mí” (v. 19).  Este relato no es común porque los rabíes no suelen buscar estudiantes.  En vez, los rabíes son buscados por estudiantes que esperan estudiar con ellos.  Jesús, sin embargo, ¡toma la iniciativa! Viene a buscarnos a nosotros.
 La invitación es hacerse discípulo o uno que aprende.  “Jesús llama a estos hombres no para que tengan una experiencia de salvación personal, sino para que asistan a una escuela... Él no dice, ‘síganme, y yo salvaré sus almas’.  ...‘Su promesa no es su propia salvación, sino la salvación de otros’”
“El ser discípulo rabínico exigía contacto diario con el maestro; uno formaba su carácter y aprendía la ley tanto por medio de ejemplo como por precepto” (Johnson, 276).  Jesús les ofrece a estos hombres la oportunidad de observarle de cerca a diario.  Al hacer esto, ellos aprenderán más de lo que piensa Jesús, y también se acostumbrarán a su manera de ser.  Sin darse cuenta copiarán su manera de hablar – sus gestos – su manera de hablarle a la gente.  Verán como confronta los problemas y la oposición.  Aunque esto ocurre lentamente, se harán como Jesús en pensamiento, palabra, y obra.  Eso dice mucho sobre el trabajo de discípulo.  No es suficiente solo aprender los hechos sobre Jesús.  Debemos pasar tiempo con él.  Ser discípulo es un asunto que se trata más del corazón que de la cabeza.
 ¿A qué tipo de persona llamó Jesús?  “Era... gente ordinaria y trabajadora sin ningún antepasado extraordinario, y ciertamente, cualquiera hubiera dicho, sin un gran futuro.  Eran estos hombres ordinarios los que escogió Jesús.  Jesús necesita gente común y corriente que se entregue a Él” (Barclay, 72-73).  ¡Qué maravilloso! Cristo no necesita nuestra habilidad, sino nuestra disponibilidad.
 “Os haré pescadores de hombres” (v. 19).  El trasformar pescadores de peces a pescadores de hombres es un bello giro de palabras, pero no proporciona lengua inclusiva.  La solución de la NRSV, “pescadores de gente,” es precisa pero pierde el bello juego de palabras.  Aquí, prefiero no usar lenguaje inclusivo para no perder este juego de palabras.
Hay otros tipos de metáforas evangelistas en este Evangelio.  “En un capítulo de parábolas sobre el reino del cielo, Jesús compara el reino con una red que se tiró al mar y pescó peces de todos tipos (13:47-50).  Antes de mandar a los doce Jesús utiliza una metáfora relacionada, pidiendo que labradores salgan a recoger la cosecha (9:35-58).  Ambos textos quieren atraer gente al reino de Dios”. (Gardner).

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