Nora Castañeda, directora de Banmujer en Venezuela, forma parte del panel de expertos. / CMI
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El grupo, formado por expertos de varios países e impulsado por el Consejo Mundial de Iglesias, nace para asesorar a las iglesias en el fomento de acciones concretas, como la lucha contra la evasión fiscal o la promoción de una economía sostenible.
30 DE AGOSTO DE 2013, SUIZA
Un grupo ecuménico de reciente creación de expertos en economía busca desarrollar estrategias para que las iglesias se impliquen en una renovación “ética” de la economía, buscando la aplicación de sistemas justos y sostenibles para el mercado financiero.
El grupo de expertos, con el nombre de “Panel Ecuménico para una Nueva Arquitectura Financiera y Económica”, celebró su primera reunión del 23 al 25 de agosto en Bossey (Suiza), y ha sido creado por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR), la Federación Luterana Mundial (FLM) y el Consejo para la Misión Mundial (CWM).
En su reunión de tres días, centraron su discusión sobre cómo aplicar la declaración de São Paulo, un documento elaborado conjuntamente año pasado en Brasil por el CMI, la CMIR y CWM.
Este documento, titulado “Declaración de São Paulo: Transformación Financiera Internacional para la Economía de la Vida”, fomenta acciones visibles que garanticen la inclusión social, la justicia de género y el cuidado del medio ambiente al establecer “límites a la codicia claros y la promoción de una economía de la vida”.
CONTRA LA EVASIÓN FISCAL
“El sistema financiero debe trabajar para el pueblo y no al revés”, dijo Barry Herman, que participó en la reunión como experto en Asuntos Internacionales de la New School, en Nueva York.
Herman señaló la importancia del impuesto a las transacciones financieras, que calificó de una cuestión que debe abordarse con el fin de traducir el espíritu de la declaración de São Paulo en acción.
Mientras que algunos países han introducido un impuesto sobre las transacciones financieras consiguiendo considerables recursos, Herman indicó que “se necesitan campañas para aumentar el pago de impuestos por los evasores de impuestos, que son mayoritariamente las grandes empresas y los segmentos más ricos de la sociedad”.
“La evasión fiscal no es un crimen contra una burocracia sin rostro, sino que es un crimen contra los ciudadanos que pagan más impuestos, como resultado de la falta de pago por los demás, y reciben menos y más pobres servicios públicos de calidad como consecuencia. El sistema financiero debe dejar de instigar estos crímenes”,agregó.
UNA “ECONOMÍA CIVIL”
Gerhard Wegner, de la Iglesia Evangélica en Alemania ( EKD ) aportó perspectivas sobre cómo la declaración de São Paulo puede ayudar a crear una “economía civil, en lugar de una economía inmoral”.
Para Wegner, los desastres ecológicos son algunos de los mayores desafíos que enfrentar, por lo que se necesita una “inversión transformadora” a escala global en busca de justicia ambiental.
“Con el fin de movilizar el capital necesario para esta inversión transformadora, los mercados, especialmente los mercados financieros, tienen que ser replanteado desde la moral, y para ello tenemos que desarrollar el concepto de una economía civil”, dijo.
IMPLICACIONES DE GÉNERO
Nora Castañeda, presidenta del Banmujer (Banco de Desarrollo de la Mujer en Venezuela), destacó la importancia de los aspectos de género en los esfuerzos para lograr una economía justa. “Las mujeres a menudo viven en la primera línea de pobreza. Para hacer frente a las injusticias económicas, es importante incorporar la perspectiva de género, principio también se indica en la declaración de São Paulo”, dijo Castañeda.
“Hemos tratado de poner en práctica este principio en nuestros proyectos en Banmujer, dondese atendieron a las demandas de las mujeres de obtener microcréditos. Con el apoyo de las mujeres, se puede iniciar un proceso destinado a acabar con la pobreza que lleve a un sistema económico ético”, dijo.
Castañeda dijo que los proyectos que responden a las necesidades de las mujeres tienen un impacto duradero en la sociedad venezolana, donde la mayoría de las familias que viven en condiciones pobres están encabezadas por mujeres. Expresó su deseo de trabajar con las iglesias para poner en práctica la declaración de São Paulo, y dijo que este tipo de colaboración afirma la “visión de que las iglesias están con los pobres”.
En la reunión, el Dr. Rogate Mshana, encargado del programa del Consejo Mundial de Iglesias para la Pobreza, Riqueza y Ecología, explicó el objetivo del grupo de trabajo ecuménico, que se traduce en asesoramiento a los participantes (CMI, CMIR, CWM y FLM) sobre cómo llevar a cabo propuestas que promuevan una economía justa, un problema “importante que afecta a todas las iglesias en el mundo”.
El grupo de expertos, con el nombre de “Panel Ecuménico para una Nueva Arquitectura Financiera y Económica”, celebró su primera reunión del 23 al 25 de agosto en Bossey (Suiza), y ha sido creado por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR), la Federación Luterana Mundial (FLM) y el Consejo para la Misión Mundial (CWM).
En su reunión de tres días, centraron su discusión sobre cómo aplicar la declaración de São Paulo, un documento elaborado conjuntamente año pasado en Brasil por el CMI, la CMIR y CWM.
Este documento, titulado “Declaración de São Paulo: Transformación Financiera Internacional para la Economía de la Vida”, fomenta acciones visibles que garanticen la inclusión social, la justicia de género y el cuidado del medio ambiente al establecer “límites a la codicia claros y la promoción de una economía de la vida”.
CONTRA LA EVASIÓN FISCAL
“El sistema financiero debe trabajar para el pueblo y no al revés”, dijo Barry Herman, que participó en la reunión como experto en Asuntos Internacionales de la New School, en Nueva York.
Herman señaló la importancia del impuesto a las transacciones financieras, que calificó de una cuestión que debe abordarse con el fin de traducir el espíritu de la declaración de São Paulo en acción.
Mientras que algunos países han introducido un impuesto sobre las transacciones financieras consiguiendo considerables recursos, Herman indicó que “se necesitan campañas para aumentar el pago de impuestos por los evasores de impuestos, que son mayoritariamente las grandes empresas y los segmentos más ricos de la sociedad”.
“La evasión fiscal no es un crimen contra una burocracia sin rostro, sino que es un crimen contra los ciudadanos que pagan más impuestos, como resultado de la falta de pago por los demás, y reciben menos y más pobres servicios públicos de calidad como consecuencia. El sistema financiero debe dejar de instigar estos crímenes”,agregó.
UNA “ECONOMÍA CIVIL”
Gerhard Wegner, de la Iglesia Evangélica en Alemania ( EKD ) aportó perspectivas sobre cómo la declaración de São Paulo puede ayudar a crear una “economía civil, en lugar de una economía inmoral”.
Para Wegner, los desastres ecológicos son algunos de los mayores desafíos que enfrentar, por lo que se necesita una “inversión transformadora” a escala global en busca de justicia ambiental.
“Con el fin de movilizar el capital necesario para esta inversión transformadora, los mercados, especialmente los mercados financieros, tienen que ser replanteado desde la moral, y para ello tenemos que desarrollar el concepto de una economía civil”, dijo.
IMPLICACIONES DE GÉNERO
Nora Castañeda, presidenta del Banmujer (Banco de Desarrollo de la Mujer en Venezuela), destacó la importancia de los aspectos de género en los esfuerzos para lograr una economía justa. “Las mujeres a menudo viven en la primera línea de pobreza. Para hacer frente a las injusticias económicas, es importante incorporar la perspectiva de género, principio también se indica en la declaración de São Paulo”, dijo Castañeda.
“Hemos tratado de poner en práctica este principio en nuestros proyectos en Banmujer, dondese atendieron a las demandas de las mujeres de obtener microcréditos. Con el apoyo de las mujeres, se puede iniciar un proceso destinado a acabar con la pobreza que lleve a un sistema económico ético”, dijo.
Castañeda dijo que los proyectos que responden a las necesidades de las mujeres tienen un impacto duradero en la sociedad venezolana, donde la mayoría de las familias que viven en condiciones pobres están encabezadas por mujeres. Expresó su deseo de trabajar con las iglesias para poner en práctica la declaración de São Paulo, y dijo que este tipo de colaboración afirma la “visión de que las iglesias están con los pobres”.
En la reunión, el Dr. Rogate Mshana, encargado del programa del Consejo Mundial de Iglesias para la Pobreza, Riqueza y Ecología, explicó el objetivo del grupo de trabajo ecuménico, que se traduce en asesoramiento a los participantes (CMI, CMIR, CWM y FLM) sobre cómo llevar a cabo propuestas que promuevan una economía justa, un problema “importante que afecta a todas las iglesias en el mundo”.
Fuentes: CMI
Editado por: Protestante Digital 2013
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