Fachada del cementerio protestante de Jerez, en los años 40. /Archivo J.L. Jiménez
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Este año se cumple el 150 aniversario de uno de los primeros cementerios protestantes abiertos en España para dar enterramiento a quienes no profesaban la fe católica.
05 DE MARZO DE 2014, JEREZ
Hace 150 años en España no había permiso para enterramiento en “camposanto” para aquellos que no profesaran la fe católica. Fue por ello que en varias poblaciones se comenzaron a dedicar espacios para el enterramiento de, sobre todo, los británicos que profesaban la fe protestante.
Así fue como surgió el cementerio protestante de Jerez. Los comerciantes bodegueros británicos solicitaron su construcción, explica el historiador José Luis Jiménez en un artículo publicado en el diario digital Más Jerez, del que citamos a continuación algunos fragmentos:
“La especial situación planteada por la presencia de tropas británicas en suelo español durante la Guerra de la Independencia, así como la existencia previa de comunidades extranjeras, especialmente comerciantes ingleses en ciertas zonas de la península, fuerza a Fernando VII a emitir la Real Orden de 13 de noviembre de 1831, expresando no existir ningún impedimento en que los ingleses adquieran terrenos para sus cementerios (…) Años más tarde, la Revolución de 1854 significó la construcción de cementerios civiles, también conocidos como de los ingleses, protestantes o evangélicos. De esta forma, la Ley de 29 de abril de 1855 permitirá la conducción, depósito y entierro con el debido respeto a los restos de aquellas personas que mueran fuera de la comunidad católica en todas aquellas localidades en las que la necesidad lo exija a juicio del gobierno, y donde éstos no fueran creados, los alcaldes y ayuntamientos tomarían las medidas oportunas para evitar cualquier acto de profanación.
La falta de cumplimiento de la ley aludida -por parte de los ayuntamientos ante los considerados como malos cristianos o malos españoles- y el rechazo a un gobierno tachado de poco católico, creará fuertes disensiones entre progresistas e inmovilistas. (…) La Ley de 19 de mayo de 1882 incorpora ya la necesidad de contar con espacios para los no católicos en los cementerios de nueva creación. Pero la falta de seguimiento de lo estipulado se plasmará en otra ley, de 2 de abril del siguiente año.
JEREZ, NÚCLEO PROTESTANTE
Con respecto a Jerez, que desde siglos atrás era destacada la presencia en la ciudad y su zona de este grupo de personas relacionadas con el comercio de vinos y de religión protestante, el Ayuntamiento aprobaría a finales de enero de 1860 la ubicación del terreno, como las obras pertinentes, para dedicarlo a cementerio para los no católicos.
Sin embargo, no sería hasta cuatro años más tarde, y a petición de un grupo de destacados británicos, como Charles H. Furlong, Walter Buck, Joseph Warter, Wiliam Wilson, Richard Davies, Jorge Suter, Alexander Williams, George Wilford, C. Noble, Peter Mackenzie, etc., que el Ayuntamiento tomase las medidas pertinentes y encargarse al arquitecto municipal, José de la Coba, la portada y cerca de dicho cementerio.
Desde 1871 ya hay constancia en los libros de enterramientos del Archivo Municipal que en esta área de los no católicos del cementerio general de Santo Domingo, se daba sepultura a los protestantes, siendo el nombre de esta primera persona el de Elvira María Cortés. Este cementerio de la calle Santo Domingo permanecería abierto hasta mediados de los años 40 del siglo XX, cuando en 1945 se inauguró el actual de la Merced, y donde hay también una pequeña zona para los protestantes”.
Así fue como surgió el cementerio protestante de Jerez. Los comerciantes bodegueros británicos solicitaron su construcción, explica el historiador José Luis Jiménez en un artículo publicado en el diario digital Más Jerez, del que citamos a continuación algunos fragmentos:
“La especial situación planteada por la presencia de tropas británicas en suelo español durante la Guerra de la Independencia, así como la existencia previa de comunidades extranjeras, especialmente comerciantes ingleses en ciertas zonas de la península, fuerza a Fernando VII a emitir la Real Orden de 13 de noviembre de 1831, expresando no existir ningún impedimento en que los ingleses adquieran terrenos para sus cementerios (…) Años más tarde, la Revolución de 1854 significó la construcción de cementerios civiles, también conocidos como de los ingleses, protestantes o evangélicos. De esta forma, la Ley de 29 de abril de 1855 permitirá la conducción, depósito y entierro con el debido respeto a los restos de aquellas personas que mueran fuera de la comunidad católica en todas aquellas localidades en las que la necesidad lo exija a juicio del gobierno, y donde éstos no fueran creados, los alcaldes y ayuntamientos tomarían las medidas oportunas para evitar cualquier acto de profanación.
La falta de cumplimiento de la ley aludida -por parte de los ayuntamientos ante los considerados como malos cristianos o malos españoles- y el rechazo a un gobierno tachado de poco católico, creará fuertes disensiones entre progresistas e inmovilistas. (…) La Ley de 19 de mayo de 1882 incorpora ya la necesidad de contar con espacios para los no católicos en los cementerios de nueva creación. Pero la falta de seguimiento de lo estipulado se plasmará en otra ley, de 2 de abril del siguiente año.
JEREZ, NÚCLEO PROTESTANTE
Con respecto a Jerez, que desde siglos atrás era destacada la presencia en la ciudad y su zona de este grupo de personas relacionadas con el comercio de vinos y de religión protestante, el Ayuntamiento aprobaría a finales de enero de 1860 la ubicación del terreno, como las obras pertinentes, para dedicarlo a cementerio para los no católicos.
Sin embargo, no sería hasta cuatro años más tarde, y a petición de un grupo de destacados británicos, como Charles H. Furlong, Walter Buck, Joseph Warter, Wiliam Wilson, Richard Davies, Jorge Suter, Alexander Williams, George Wilford, C. Noble, Peter Mackenzie, etc., que el Ayuntamiento tomase las medidas pertinentes y encargarse al arquitecto municipal, José de la Coba, la portada y cerca de dicho cementerio.
Desde 1871 ya hay constancia en los libros de enterramientos del Archivo Municipal que en esta área de los no católicos del cementerio general de Santo Domingo, se daba sepultura a los protestantes, siendo el nombre de esta primera persona el de Elvira María Cortés. Este cementerio de la calle Santo Domingo permanecería abierto hasta mediados de los años 40 del siglo XX, cuando en 1945 se inauguró el actual de la Merced, y donde hay también una pequeña zona para los protestantes”.
Fuentes: Más Jerez
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